- Me ha dicho la Mari que el Paco, el hijo de la Juana está fatal, fatal.
- ¿Y eso?
- Pues ya ves, por lo visto anda con cosas de esas raras, como todos los jóvenes modernos de ahora.
- Como no se explique mejor no me entero.
- Pues parece ser que está metido hasta el cuello en la drogaína esa.
- Madre, será que está metido en la droga.
- Sí bueno, en la droga en general y en la drogaína en particular. Con lo majo que era de chaval.
- Ya, claro. ¿Y a la Mari quien le ha contado semejante historia?
- Nadie hija, que lo ha visto con sus mismísimos ojos. El otro día venía de comprar y se encontró con el mozo en el portal. Por lo visto subieron juntos en el ascensor y dice que tenía ojos como de loco. La pobre pasó un miedo horroroso. Le tuve que dar una tila detrás de otra mientras me lo contaba.
- ¿Pero qué le iba a hacer en un ascensor por mucha cara de loco que tuviera?
- Uy, vete tú a saber. Dice que la miraba de una forma rarísima, ya me entiendes, como si fuera a violarla o algo así.
- ¿Pero cómo va a violar ni el Paco ni nadie a esa mujer?
- Ay por Dios, ¿y por qué no?, que la Mari siempre ha sido bien atractiva.
- No si la mujer está estupenda, ojalá llegue yo así de bien a los 82, pero aún así, y no se ofenda madre, a esa mujer no le remangan la falda ni aunque le ponga velas al santo cada domingo.
- Hay que ver que bruta eres cuando quieres hija mía. ¿No será que andas tú también metida en esas cosas?
- Tú tranquila madre, que si hace falta yo te juro con la mano en la Biblia que jamás he probado la drogaína.
- ¿Y eso?
- Pues ya ves, por lo visto anda con cosas de esas raras, como todos los jóvenes modernos de ahora.
- Como no se explique mejor no me entero.
- Pues parece ser que está metido hasta el cuello en la drogaína esa.
- Madre, será que está metido en la droga.
- Sí bueno, en la droga en general y en la drogaína en particular. Con lo majo que era de chaval.
- Ya, claro. ¿Y a la Mari quien le ha contado semejante historia?
- Nadie hija, que lo ha visto con sus mismísimos ojos. El otro día venía de comprar y se encontró con el mozo en el portal. Por lo visto subieron juntos en el ascensor y dice que tenía ojos como de loco. La pobre pasó un miedo horroroso. Le tuve que dar una tila detrás de otra mientras me lo contaba.
- ¿Pero qué le iba a hacer en un ascensor por mucha cara de loco que tuviera?
- Uy, vete tú a saber. Dice que la miraba de una forma rarísima, ya me entiendes, como si fuera a violarla o algo así.
- ¿Pero cómo va a violar ni el Paco ni nadie a esa mujer?
- Ay por Dios, ¿y por qué no?, que la Mari siempre ha sido bien atractiva.
- No si la mujer está estupenda, ojalá llegue yo así de bien a los 82, pero aún así, y no se ofenda madre, a esa mujer no le remangan la falda ni aunque le ponga velas al santo cada domingo.
- Hay que ver que bruta eres cuando quieres hija mía. ¿No será que andas tú también metida en esas cosas?
- Tú tranquila madre, que si hace falta yo te juro con la mano en la Biblia que jamás he probado la drogaína.
3 comentarios:
Seguro que se pinchaba porros...
Creo que la mas peligrosa es la mama de la drogaina. !menuda jaco está hecha!
Me
¿La teína, cafeina,.. son drogainas?
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