23 junio 2010

Amor ciego

Anoche fue todo tan increíble, tan diferente…, como si fuera la primera vez que nos acostábamos juntos. Que me despertaras con una caricia, querernos en silencio sin necesidad de decir una palabra, sin necesidad si quiera de vernos para saber qué había que hacer en cada momento.

Estaba a punto de decir todo aquello en voz alta cuando él le dijo “Siento muchísimo haber llegado tan tarde otra vez anoche. Me acosté en el sofá para no despertarte. Pero hoy te lo compensaré ¿qué te parece si salgo a mi hora de la oficina, te paso a buscar y nos regalamos una cena romántica los dos solos?