30 septiembre 2008

Tiempos modernos

- Me ha dicho la Mari que el Paco, el hijo de la Juana está fatal, fatal.
- ¿Y eso?
- Pues ya ves, por lo visto anda con cosas de esas raras, como todos los jóvenes modernos de ahora.
- Como no se explique mejor no me entero.
- Pues parece ser que está metido hasta el cuello en la drogaína esa.
- Madre, será que está metido en la droga.
- Sí bueno, en la droga en general y en la drogaína en particular. Con lo majo que era de chaval.
- Ya, claro. ¿Y a la Mari quien le ha contado semejante historia?
- Nadie hija, que lo ha visto con sus mismísimos ojos. El otro día venía de comprar y se encontró con el mozo en el portal. Por lo visto subieron juntos en el ascensor y dice que tenía ojos como de loco. La pobre pasó un miedo horroroso. Le tuve que dar una tila detrás de otra mientras me lo contaba.
- ¿Pero qué le iba a hacer en un ascensor por mucha cara de loco que tuviera?
- Uy, vete tú a saber. Dice que la miraba de una forma rarísima, ya me entiendes, como si fuera a violarla o algo así.
- ¿Pero cómo va a violar ni el Paco ni nadie a esa mujer?
- Ay por Dios, ¿y por qué no?, que la Mari siempre ha sido bien atractiva.
- No si la mujer está estupenda, ojalá llegue yo así de bien a los 82, pero aún así, y no se ofenda madre, a esa mujer no le remangan la falda ni aunque le ponga velas al santo cada domingo.
- Hay que ver que bruta eres cuando quieres hija mía. ¿No será que andas tú también metida en esas cosas?
- Tú tranquila madre, que si hace falta yo te juro con la mano en la Biblia que jamás he probado la drogaína.

16 septiembre 2008

Final de una etapa

En apenas tres meses he disfrutado de:

Espectáculos
Perle Plasticiens (seres submarinos volando sobre nuestras cabezas)
Le Secret (Cirque ici, es decir, el reino de la imaginación)
Flying Dragon Circus (artes marciales voladoras y contorsionistas)
Kaosmos (teatro aereo argentino)
Niño Costrini (humor apto para niños de entre 0 y 99)
Nimba (circo guineano plagado de ritmos y movimientos imposibles)
Blue Planet (música, imágenes y actores sorprendiendo al personal)
El despertar de la serpiente (Circo del Sol a pie de calle)
El hombre vertiente (juegos de agua y perspectivas)
Iceberg (luces y sonido que muerden y remuerden la conciencia)
Todos estos más los que los pabellones organizaban en sus instalaciones, como los gimnastas rumanos que nos dieron una clase magistral de acrobacias, las diminutas tailandesas que bailaban con sus deditos dislocados al ritmo de extrañas percusiones o los austríacos y sus bailes tiroleses dentro de una bola de nieve.


Conciertos
Bob Dylan (demasiado castigado por los años, aunque único igualmente)
Aakrom Family (LSD convertido en notas musicales)
Teenage Fan Club (pop del bueno)
The Gift (el placer de dar saltos al ritmo de una pin up portuguesa)
Alanis Morissette (la voz y la sonrisa dominando el anfiteatro)
Carmina Burana (música y danza como no había visto antes)
Chambao, Lila Downs, S. Baca, (percusiones, tequila y rumba)
Baskerville (pop de la tierra para todos los públicos)
Patty Smith (veteranía, carisma y fuerza a raudales)
Los lobos (diversión spanglish garantizada)
Bumbury (nervios, contundencia y poesía en mitad de la nada)
Antony and the Johnsons (sensibilidad a flor de piel)
A estos (y alguno que me estoy olvidando) también hay que sumar todos los que nos fuimos cruzando al pasear por las instalaciones, como los percusionistas brasileños, los caribeños y los escandalosos filipinos o los grupos belgas que nos amenizaban las cervezas cada noche.

Con la Expo se puede estar a favor, en contra o pasar de ella por completo, pero lo que no se puede negar es que hemos tenido una oferta ociocultural que en esta ciudad ni se ha visto ni se volverá a ver, y es una verdadera pena.

Así que, a quien corresponda: queremos seguir teniendo conciertos de calidad (los triunfitos y la radio fórmulas del tipo de las que nos esperan para el Pilar más que emoción provocan una depresión profunda) y espectáculos de calle y teatro que no nos dejen los bolsillos temblando (y que no se limiten a los cuentacuentos infantiles, que a los mayores de edad también nos gusta que nos entretengan).


He dicho.

11 septiembre 2008

Borrón y cuenta nueva


El día amaneció exactamente igual que todos los demás. El calor y la humedad asfixiaban a todo aquel que se atreviera a respirar; los escasos transeúntes caminaban encorvados como penitentes bajo el yugo de los grados y, probablemente, las vergüenzas; los movimientos se limitaban a la mínima expresión para ahorrar esfuerzos y sudor como si de oro líquido se tratara. Con la boca seca y los ojos cegados, la ciudad se había convertido en una imitación barata del infierno en la Tierra.

De pronto, sin previo aviso, una leve brisa sorprendió a las sábanas que colgaban acartonadas de los tendederos y las flores marchitas de los parques comenzaron a bailar al son de un viento que, en apenas diez minutos, se había convertido en vendaval. Antes de que pudieran darse cuenta aquel huracán había entrado, no sólo por los recovecos de las hojas de las ventanas y los árboles, sino que invadió también sus ojos y gargantas, insuflando el soplo de vida que necesitaban.

Miradas de sorpresa y estupor aparecían a diestro y siniestro como si fueran conscientes por primera vez en años de lo que estaba sucediendo a su alrededor. Y entonces llegó el aguacero. Unas gotas al principio, cataratas infinitas poco después. Viento y agua arrastraban todo a su paso con fuerza suficiente como para borrar las líneas del asfalto, la rutina del día a día, los pecados escondidos al fondo de los cuartos trasteros y las penas gravadas a fuego en la piel.

Con el tiempo el Sol volvió a salir para iluminar, esta vez, una ciudad nueva dispuesta a volver a empezar con la cabeza bien alta, los ojos abiertos como platos, los pulmones repletos de aire fresco y el estómago ansioso de devorar nuevas experiencias.

Imagen: "La sábana" de Jorge Sánchez

03 septiembre 2008

Agenda del día

10.00 – Llego a casa. Me doy una ducha y me quedo dormido en calzoncillos en el sofá.
14.00 – El teléfono me despierta. Más trabajo para esta noche. Abro una cerveza y una lata de raviolis con tomate. Me encanta comerlos fríos directamente de la lata mientras veo la tele.
16.00 – Se pasan éstos por casa. Nos fumamos toda la hierba que me queda y nos bebemos las cervezas que trae el Pelos.
18.00 – Me entero de que lo de esta noche se suspende de momento porque al tío que íbamos a zurrar lo han detenido por conducir borracho. Para celebrarlo bajamos comprar algo de farlopa y nos la ventilamos con unas cervezas de los chinos.
22.00 – Se me empieza a pasar el pedo de todo lo que llevo encima. Llamo a Natalia para decirle que esta noche estoy libre pero me manda a la mierda. Se me había olvidado que la semana pasada me pilló liándome con la rubia.
23.00 – Sabía que esto pasaría algún día más pronto que tarde, sobretodo por la vida que llevo, aunque no ha sido ni mucho menos lo que había imaginado. A las 22.30 abrí la despensa para coger otra lata de raviolis y se me calló encima una caja enorme que me ha abierto la cabeza como un melón. No he sentido nada de nada. De hecho hace media hora que estoy muerto tirado en mitad de la cocina y sigo sin sentir nada de nada.
Imagen: Dark and lights de www.vladstudio.com