09 marzo 2010

Sueños para el psicoanálisis II

Acababan de abrir un local nuevo y por lo que se comentaba era alucinante. Por lo visto el dueño era un famoso manager de artistas que había cansado de las giras alrededor del mundo. Como esas cosas me gustan, me escapé pronto del trabajo y me fui a cotillear.

Efectivamente el lugar era increíble, la sala, la música, el ambiente,… Me pedí una Cocacola y hasta el precio me sorprendió favorablemente. El camarero me trajo los cambios y me explicó “No cobramos nada por la entrada, sin embargo sí tenemos una política de selección de clientela, ya que queremos lo mejor para el local. Cuando vayas a salir, tendrás que introducir en el teclado que hay junto a la puerta el título de un buen tema musical... En el momento que lo hayas escrito se te hará una foto y la puerta se abrirá para que puedas salir. Si tu elección se considera acertada podrás volver a entrar, en caso contrario estarás en la lista negra”.

Mientras echaba unos bailes y me tomaba mi consumición no lo pensé, pero cuando me estaba poniendo el abrigo me di cuenta de que no tenía ni idea de qué poner en el teclado al salir. Por más que lo intentaba sólo me venían los títulos de canciones de Eurovisión, el Festival de la Oti y San Remo. Tenía en la cabeza millones de melodías, pero no recordaba ni un solo título. Nada. Me empezaron a sudar las manos y me costaba respirar. Sentía la cabeza abotargada y me pesaban las piernas. Claustrofobia. Pánico.

Mientras me lavaba la cara en el baño con el cerebro funcionando a cien por hora en busca del título perfecto se me ocurrió la solución: me giré tranquilamente, metí los pies en el váter y tiré de la cadena. Aterrizar en una hermosa playa al amanecer sin duda me calmó los nervios, aunque la caminata de vuelta a casa andando se me hizo bastante larga. Tenía que haber vuelto volando, pero con la ropa mojada resulta demasiado incómodo.

Mañana quiero volver y, por si me vuelven a fallar los nervios, ya tengo preparada una libreta repleta de títulos fundamentales de la historia de la música reciente. El váter era amplio y cómodo, y la playa era preciosa, pero esta vez prefiero salir por la puerta como todo el mundo.


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué local más genial, me encanta su filosofía, algo elitísta, pero bueno cada uno elige su clientela.
Me ha gustado mucho tu sueño, creo que no necesita interpretación alguna, está bien como está. Tener un paraiso a mano al que evadirnos cuando nos sentimos asfixiados.
Un besico. Amaia.

orris dijo...

¿Cómo era el local? ¿Algo pequeñito?

English Little Pills dijo...

Pues nada Amaia, tengo el diseño del local en la cabeza, y en algún sitio de mi subconsciente debe haber una libreta repletita de buenos temas, así que cuando quieras montamos el negocio.

Orris, no, el local no era ni algo pequeñito ni algo chiquitito. Aunque ahora que lo he pensado me voy a quedar con la cancioncita de marras en la cabeza tres días. Otra vez. ¡Gracias!!!!

Timone dijo...

Me has roto con el final... una vez más. Tenía unas ganas de saber que canción escribirías...

Unknown dijo...

Interesante local,pero a mi no se me hubiera ocurrido lo del vater, tampoco ninguna canción.
Me agustado a lot of.

Me

Anónimo dijo...

Hola Suel!

Sabes, admiro a la gente que puede recordar y describir su sueño desde el principio hasta el final.
Me gusta la historia... que dice mucho... entre ésto... el miedo que podemos tener todos de enfrentarnos a una selección, a una elección y la posibilidad de "quedar fuera", la posibilidad de no ser tan buenos y que nos cierren la puerta y dejarnos fuera!...
Hay mucho por pensar sobre el sueño... qué te dice a tí? Eso es lo importante.

Un gran saludo y gracias por compartirte con nosotros!

YMA

English Little Pills dijo...

Timón, sorry por lo de romperte, pero el sueño fué así. Igual la próxima vez consigo decidirme(soy tan poco original que suelo repetir sueños).

Johnny, me alegro a lot de que te gustara a lot.

YMA, estoy contigo en que algo tiene que ver con la dificultad para tomar decisiones, y probablemenmte con la obsesión por ser aceptados por lo demás.
Gracias a tí por lerrme y dejar tu opinión.

Unknown dijo...

Intersantes reflexiones, pero creo que a veces las situaciones son mucho más básicas. Imagínate que no apareces en la playa. Que te quedas enganchada en un sinfín de la depuradora mas cercana junto con un millón de preservativos, suponte que una digestión aerobía y otra anaerobía convierten tu cuerpo en pequeños “bichos” que son perseguidos a su vez por otros casi sin alma con el único objetivo de devorarte y que desaparezcas de la faz de este bonito planeta.
Pues eso.
Me.

English Little Pills dijo...

¿De verdad que a tí esa reflexión te parece más básica?
A mí por el momento me ha provocado escalofríos... Aterradora sí, pero básica no.